martes, 22 de marzo de 2011

Gritando


Un día, Meher Baba preguntó a sus mandalíes: -¿Por qué las personas se gritan cuando están enojadas?
Los hombres pensaron durante unos momentos. -Porque pierden la calma -dijo uno-, por eso se gritan.


-Pero, ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? -preguntó Baba-. ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?
Los hombres dieron algunas otras respuestas, pero ninguna de ellas satisfacía al maestro Meher Baba. Finalmente, él explicó:


-Cuando dos personas están enojadas y discuten, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esta distancia, deben gritar para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse la una a la otra a través de esa gran distancia.


Luego, Baba preguntó: -Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Pues que no se gritan, sino que se hablan suavemente,  ¿por qué?... Sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellas es muy pequeña.
Los discípulos lo escuchaban absortos y Meher Baba continuó:


-Cuando se enamoran más aún, ¿qué sucede? Los enamorados no hablan, sólo susurran y se acercan más en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es, observad lo cerca que están dos personas que se aman.
Así pues, cuando discutáis, no dejéis que vuestros corazones se alejen, no digáis palabras que los distancien más. Llegará un día en que la distancia será tanta que ya no encontraréis el camino de regreso.


Extraído de: "Juntos pero no atados" de Jaume Soler y M. Mercè Conangla.


Me pareció apropiado para compartir.
Quiero hablar suavemente sin tener que gritarle mi verdad a nadie.
Me gustó la advertencia final, cuidarnos del orgullo, de lastimar gratuitamente a alguien sólo por querer tener la razón. Pienso esto y recuerdo mi post sobre la ley de todos ganan.
Es, como todo, difícil de aplicar pero sé también que vale la pena buscar el beneficio ajeno y el propio.
Sigo aprendiendo, de todo, de todos. Hay tanto!

Cariños,

10 comentarios:

soylauraO dijo...

Buena explicación, los sabios dicen que es mejor el silencio cuando la palabra no va a aportar nada mejor en esto de las distancias y el corazón. Casualmente hoy me pregunte ¿adónde van las heridas?
http://enfugayremolino.blogspot.com/

Marga dijo...

A mí no me gustan los gritos. Yo nunca grito, no me sale. Y no me gusta que me griten, me paraliza.

Besos.

Bartu Juan dijo...

Gracias por compartirlo, es muy bonito.

pedrojescritor dijo...

Es realmente precioso y realmente parece sensato. Intentaré recordarlo la próxima vez que me enfade con algún ser querido.
Saludos.

Cris dijo...

Hola Princesa ! muy bueno , como me gustaría , soy de las que aleja su corazón , grito y no me hace bien ni siquiera a mí , he tratado de cambiar ,con los años , lo hago un poco menos , pero parece que está arraigado en mi escencia.Se me hace difícil de aplicar.
Saludito
Cris//mujeresdesincuentay

María Beatriz dijo...

Princesa:
Para tenerlo en cuenta!
Muy buen texto.
Saludos

Eleanora Rigby dijo...

Tan para tener en cuenta.. ¡Cuántas veces incluso gritamos a quien amamos!
Estaría bueno que reflexionemos, que lo tenemos tan cerca, no hace falta gritarle, de esa forma se alejaría, y quizá un día ya no lo podamos alcanzar
Beso, princesa
De Eleanora Rigby

El Gaucho Santillán dijo...

Sinceramente, que buen texto.

Para tener en cuenta.

un abrazo.

Mai dijo...

Muy lindo!
Pero los italianos deben tener los corazones en la luna, porque se la pasan gritando (y no por estar enojados precisamente!)

Besos

Paula dijo...

Mi doc me enseñó que cuando dos personas se gritan es porque no se escuchan y eso hace que el otro eleve más y más el tono de voz.
Entonces debía bajar el tono del mío para demostrarle al otro que estaba gritando y volver así a hablar civilizadamente.

Te dejo un súper beso hermosa!!!!