jueves, 24 de noviembre de 2011

Serenidad y movimiento

Hace poco hablaba con una amiga sobre le necesidad que tenemos todos de una bùsqueda espiritual. Algunos la sienten antes, otros después. Algunos la buscan en un período de crecimiento, otros solo cuando vienen de una situación dramática. Igualmente coincidimos en que lo importante es BUSCAR LA VERDAD, es lógico y sano! Entiendo que es un signo de madurez pacìfica y equilibrada.





Esta charla, me hizo acordar de hace unos 10 años largos ya en que fuimos como familia a Bariloche, de vacaciones de las que recuerdo puntualmente dos cosas:

La primera; habiamos alquilado un auto (era un Clio plateado,dos puertas) y recorriamos las rutas cercanas para conocer el paisaje, desde el lago Nahuel Huapi pasando por el Mascardi hasta el Bolsón, Lago Puelo y más allá. Recuerdo que tambièn hicimos el camino de los Siete Lagos y llegamos hasta San Martìn de los Andes.

La segunda, uno de los días hicimos una excursión por el Nahuel Huapi en un catamarán con rumbo al Bosque de Arrayanes. Recuerdo que el catamarán iba casi vacío y que en un momento me aparté de mi familia, me fui a sentar sola a otro lado para no distraerme escuchando conversaciones ni nada. Sólo quería mirar ese lago, su paz. Esas montañas, su majestuosidad. El ruido del agua chocando con la embarcación, su movimiento. Las gaviotas revoloteando cerca por comida, su destreza.

Esa sensación fue simplemente asombrosa. Aún hoy recuerdo la solemnidad que se adueñó de mi alma. Ese sentimiento sé que nunca lo voy a olvidar. Yo que hablo tanto y hago hablar hasta a las plantas, de pronto no tenìa nada para decir, de pronto quedé muda. De pronto la naturaleza, pudo más con su silencio majestuoso y paradójicamente tan lleno de vida.

¿Por qué lo relacioné con lo de la búsqueda espiritual?, podrían preguntarse. Pues bien, ese ambiente, me generó un sentimiento de humildad terrible. Me sentí nada, ante la maravilla de este mundo. Cuánta belleza, cuánto orden, cuán magnífico ese ambiente y la energía que emanaba. Entiendo que todo eso predispone el alma para cuestiones espirituales, al menos conmigo fue así!

Entendí entonces por qué ante la típica pregunta: vacaciones en mar o montañas, siempre elegía las montañas. Pero mi amiga me hizo ver que el mar también tiene lo suyo!


Estaba, está en lo cierto. El mar es dinámico, activo, enérgico, constante, se renueva todo el tiempo, recicla, muta. Y así también deberíamos ser nosotros frente a muchas situaciones.

No creo que escudriñar el mar me genere una paz serena como las montañas, pero sí una paz positiva, que consiste en saber que está bien que todo cambie, que las cosas sigan su curso. Después de todo así es la vida.

A veces somos lago y montañas, a veces somos mar. A veces serenos, a veces inquietos pero siempre pensantes. Qué mezcla fascinante, cierto?

Lo que me encanta es advertir cómo la naturaleza nos enseña, siempre. El que tenga ojos para ver, que vea...reza el dicho.

Qué cada uno de Uds pueda encontrar esa mezcla exacta de naturaleza que funcione para su vida y la disfrute.
Cariños!

7 comentarios:

El Gaucho Santillán dijo...

Es que uno se da cuenta de nuestra pequeñez, ante la magnitud de la creaciòn.

No es mas que eso.

Buen texto.

Un abrazo.

Teyalmendras dijo...

Cierto, pararnos a observar por un segundo y preguntarnos que somos, donde estamos, cuan diminutos nos mostramos ante el infinito universo o la hermosura de un paisaje...

Es ahí cuando se comprende que la felicidad esta en la sencillez que nos rodea cada dia.

Preciosisima reflexion...

Saludos ;)

Nereidas-andresdeartabroblogpost,com dijo...

Algunas veces contemplando lo majestuoso de la naturaleza uno aun sin darse cuenta en su interior se sabe parte del cuadro , te integras en el paisaje y estas a punto de rozar la eternidad, y el corazón sabe que no hay diferencia entre observador y observado , has tenido muy cerca la atemporalidad y esos momentos son preciosos.
Un beso

Luján Fraix dijo...

HOLA PRINCESITA
ES QUE LA NATURALEZA ES MARAVILLOSA Y NOS ENSEÑA A RECONOCER SU VERDADERO VALOR. CADA UNO ENCONTRARÁ SU MENSAJE EN ELLA, OTROS QUIZÁ PASARAN DE LARGO SIN ADVERTIRLA, PORQUE HAY QUIENES QUE VIAJAN SOLO PARA DIVERTIRSE SIN MIRAR AL COSTADO.

LA FRIVOLIDAD DE ALGUNAS ALMAS.

A MI NO ME GUSTA MUCHO VIAJAR, PORQUE ENCUENTRO PAZ EN OTRAS COSAS Y PORQUE MI NATURALEZA SE REDUCE A MI PEQUEÑO JARDIN QUE ADORO, CON MUCHAS PLANTAS QUE PUSO MI MAMÁ Y OTRAS QUE PLANTÉ YO.

EL VERDE ES FUNDAMENTAL.

UN BESO PRINCESITA-
CARIÑOS MILES A ESE BEBÉ, TU HIJITO, UN SOL.

UN ABRAZO FUERTE.

Mai dijo...

Princesa Marymonte! ja! Te cambie el nombre!

Qué lindo San Martin de los Andes! Yo me fui de viaje de egresadas alli y no pegaba... una paz increible, un paisaje alucinante... y nosotras -chicas de 18- queriamos exclusivamente pachanga!

Ahora iria para buscar paz y descansar!

Besos Princess

Abuela Ciber dijo...

Preciosos leerte, llegan cálidas tus palabras y sentires.

Creo que la vida es un hermoso cmino y saberlo elegir es un don.

Me agradan las montañas pero el mar lo amo, como dice la divina Alfonsina....sentir el olvido perenne del mar....

Cariños

David Cotos dijo...

Que hermosas sensaciones. Estos días tengo ganas de mar.