jueves, 28 de abril de 2011

La ley de la Misión de la Vida



 "El que vive una vida trivial, muere todos los días" 

Pierrard Poullet.


La sabiduría convencional dice: "El que tiene salud, lo tiene todo". No se lo crea, no es que este viejo adagio esté equivocado, lo que sucede es, más bien, que existe una verdad más elevada.
Esta ley afirma: "EL QUE TIENE UN PROPÓSITO, LO TIENE TODO".

El propósito, la misión de nuestra vida. Nuestra razón para existir. Esta ley nos pide que consideremos nuestro gran objetivo, el trabajo para el que hemos sido traídos a esta tierra.
Todos tenemos una misión propia en nuestra vida. Para todas y cada una de las personas existe una vía perfecta de AUTOEXPRESIÓN. Éste es el papel que la persona ha de desempeñar. Su descubrimiento es una tarea que nadie puede realizar por nosotros. ¡Es el destino personal!
Si nos proponemos conocer el bienestar total, es obligado que descubramos y sigamos nuestro propósito propio. 

El problema es que la mayoría de las personas ni tienen la menor idea de cuál es la misión de su vida. Una persona media, que se dedica a vivir una vida aparentemente productiva, puede estar tan alejada de la verdadera misión de su vida como el norte lo está del sur. No obstante, lleva escondido constantemente, muy dentro de sí, un plan maravilloso.
Muchos millones de personas han pagado un alto precio por quebrantar esta ley: siempre dudosos, nunca realizados. La satisfacción de la vida se les escapa.

Esta ley exige que liberemos el genio que está dentro de cada uno de nosotros. El plan perfecto sí existe. Debemos buscar con diligencia y constancia hasta que lo tengamos claro. Si nos conformamos con algo inferior, quedaremos desilusionados.

Al contrario, uno de los indicios seguros de que estamos viviendo la vida "a propósito" es que nuestros trabajos tienen un interés tan absorbente que casi parecen juegos. Cuando advertimos que el tiempo transcurre con una velocidad fuera de lo común, podemos estar seguros de que la actividad en la que estamos absortos está relacionada de alguna manera con nuestro propósito.

A pesar de las pruebas de su poder, la mayoría de las personas la seguimos quebrantando. Nos dejamos influir por nuestros padres a la hora de elegir una carrera profesional. Acudimos a asesores para que orienten nuestras vidas. Las presiones de nuestros colegas y los intereses económicos determinan nuestro futuro. Pero puede suceder que nada de esto tenga que ver con la misión de nuestra vida.

Es difícil cambiar el camino de la Vida de una persona cuando ésta ya  ha establecido su sentido. Pero esta ley supone implícitamente la existencia de una brújula eterna que siempre nos llama hacia el buen sentido, conduciéndonos hacia terrenos más elevados.
Esta ley abarca la salud, la riqueza, el amor y una manifestación perfecta de las posibilidades personales. Su logro trae felicidad, parecen promesas muy amplias pero no son imposibles.

Pero atención: misión no es sinónimo de objetivo. No es posible alcanzar una misión y darla por cumplida. La misión se realiza de manera continuada, en todos los momentos. Los objetivos que se pueden definir y alcanzar no son más que hitos en el camino.
Esta ley nos incita a que invirtamos nuestra vida de manera única. Esto nos planea una cuestión trascendental. ¿Cómo descubrir la misión de mi vida?

La manera más eficaz que conozco es desarrollar una afirmación de misión personal. Se trata, en realidad, de una filosofía personal, una afirmación propia de uno mismo que describe lo que cada uno cree que Dios quiere que haga con su vida.
En su libro los "Siete hábitos de la gente altamente efectiva" Stephen Covey nos recomienda que consideremos nuestra misión en tres áreas diferenciadas:

En primer lugar,  nos centramos en lo que queremos ser: en nuestro caracter.
En segundo lugar,  consideramos lo que queremos hacer: nuestras aportaciones y nuestros logros.
En tercer lugar,  consideramos los valores y los principios en que se basan nuestro carácter y nuestras aportaciones:  el "centro" de nuestra vida.

Esta ley nos incita a que tomemos contacto con nuestro centro, que puede ser profesional, familiar, de aficiones, de objetivos, de salud, de poder, de amigos, enemigos, de iglesia, hasta del "yo".

¿Qué tenemos de centro? 
Distánciese y contemple su vida un momento para descubrir cuál es su centro. ¿ Qué es lo que lo impulsa? ¿Qué tiene importancia de primer orden?.
Responder a estas preguntas con sinceridad es una tarea esencial para el bienestar. Esta ley nos exige este trabajo y de este esfuerzo dimanan el carácter y las aportaciones de nuestra vidas.

¿Qué atributos distintivos , qué rasgos éticos y qué reputación personal se forjará Ud para sí mismo? Vivir una vida íntegra es una de las mayores misiones que podemos emprender. Qué aportaciones hará Ud? Quizás críe a un niño en un ambiente de amor. Quizás sirva a los demás por medio de su talento musical. Quizas luche para corregir una situación social de opresión.

La mayoría de las personas no necesitamos un cambio espectacular, es probable que centremos todas las oportunidades de misión que necesitemos a menos de diez minutos de la puerta de nuestra casa. ¡ FLOREZCA ALLÍ DONDE LO HAN PLANTADO! Lo que se requiere es una visión de una gran vocación, un sentimiento de que estamos convirtiéndonos en todo aquello que debíamos ser. Esto viene de adentro.

Es la ley de la Misión de la vida.
Lo que es no sólo procede de lo que ha sido, sino de lo que puede ser. Busquemos la misión.
La verdad es que nuestro bienestar más elevado y mayor depende del dar y del compartir. No es cuestión de lo que recibimos a cambio, sino de lo que entregamos.

Vuélvase agudamente conciente de lo que entrega. Es la clave para aplicar con éxito la Ley No negociable de la Misión de la Vida.


Sencillamente excelente.
Creo percibir un atisbo de lo que puede ser mi misión, y solo ese pedacito conocido me da niveles de bienestar que nunca había sentido antes... VALE LA PENA hacer este ejercicio.

Y Uds. sienten que viven su misión?

Cariños!

11 comentarios:

El Gaucho Santillán dijo...

"Lo que es precede de lo que ha sido".

Los Budistas lo llaman "Ley de causalidad".

Muy certero.

Un abrazo.

El Gaucho Santillán dijo...

"Lo que es precede de lo que ha sido".

Los Budistas lo llaman "Ley de causalidad".

Muy certero.

Un abrazo.

Virginia Prieto dijo...

no lo se, a veces me cuesta centrarme en una misión y otras veces creo que la tengo clara y arremeto con todo.
pero coincido con ese bienestar que sentís cuando crees que es esa, que ya la encontraste y hay que seguirla.
hoy por hoy se me ramifica mucho la idea de algo único y ese pensamiento da vueltas en mi cabeza sobre todo el último mes

me pareció excelente tu post y me deja pensando en si realmente estoy en el camino correcto

beso grande

Luján Fraix dijo...

HOLA AMIGA
EXCELENTE ENTRADA PARA TODOS AQUELLOS QUE TODAVÍA NO HAN HALLADO SU MISIÓN.

YO DEBO CONFESARTE QUE LA ENCONTRÉ DESDE MIS TRES AÑOS. FUE COMO UN LLAMADO DIVINO.

ES ALGO QUE QUIEN NO LO SIENTE NO LO ENTIENDE...

LA ESCRITURA ES MI VIDA, NUNCA PENSÉ EN DEDICARME A OTRA COSA. LA FELICIDAD QUE SE ALCANZA SUPERA LO IMAGINABLE.

DESDE YA NO OBEDECÍ A MI PADRE QUE QUERÍA QUE ESTUDIARA FARMACIA, QUE FUERA AL CAMPO A VER LOS SEMBRADOS COMO LO HACÍA ÉL...

SIEMPRE ESCRIBÍ Y ESCRIBÍ... TODOS MIS DÍAS, POR SUPUESTO QUE TENGO TAMBIÉN OTRA ACTIVIDAD PORQUE NO SE PUEDE VIVIR DE LAS ARTES.

NADIE MEJOR QUE YO ENTIENDE TUS PALABRAS.

BESITOS AMIGA
CARIÑOS PARA TI.

Balovega dijo...

Hola y buenas noches..

Un placer siempre pasar por tu casa, los jovenes son los que tienen que encontrar su misión.. yo hace tiempo que la encontré y creo que acerté...

Una muy buena entrada..

Un saludo de lindos sueños

María Beatriz dijo...

También he encontrado mi misión en la vida, ya hace mucho tiempo. Es algo que pulsa en nuestro interior y que nadie más que uno mismo puede descubrir..

Muy buen texto! Me gustó mucho.

Beso

Princesa Adora dijo...

Gaucho, y sí..... es lo mismo con distinto nombre, je.

Vir, creo que a todos nos deja pensando... yo también creo que la misión mía no se reduce a una sola cosa.... hay tela para cortar, como digo siempre....


Lujan, te felicito y te admiro, caso raro el tuyo, pero me alegro!!!


Balovega, creo que es tarea de todos encontrar nuestra misión pero sí, en particular de los jóvenes que son quienes más proyectan...


María Beatriz, me alegro que la hayas encontrado. Eso es bienestar!!!


Gracias a todos por compartir,
cariños!

tia elsa dijo...

Me siento una persona común, orgullosa de mi familia, mis hijos, pero como tantas mujeres, no sé si tengo una misión especial, creo que eso está reservado para personas que llevan en sus genes algo que las distingue. Besos tía Elsa.

Santiago dijo...

No creo que exista una sola misión.
Pienso que venimos con varias misiones para cumplir, y lo bueno es reconocerlas.
Muchas veces creemos que debemos ser personas importantes, famosas, pero creo que la primera misión más importante es trabajar sobre nuestro interior, sacar lo mejor de nosotros mismos.
El ser y hacer, como reflexiona Stephen Covey.

Una vez que logramos conocernos y pulirnos, con tan solo elevar la mirada, nos daremos cuenta para qué hemos venido a este mundo.

Un beso grande, que tengas una linda semana!

Feliz día!!

Abuela Ciber dijo...

Si a esta altura de la vida si.
El tema es saberlo siendo joven, de ahi que exhorto para reencarnar con mi nivel actual de entendimiento.

Cariños

Paula dijo...

Princesita, a veces siento que sí y otras veces siento lo contrario.
Ruego sabiduría para darme cuenta a tiempo, quiero partir de este mundo y dejar algo de mí.

Hermoso post corazón!!!

Te dejo millones de besos!!